“Cuidemos entre todos La Habana, capital de esta nación”

septiembre 14, 2015

211122-0039a

Este domingo, han descendidos los velos que cubrían la fachada de la Santa y Metropolitana Catedral de San Cristóbal de La Habana, objeto de una delicada restauración de las piedras, que han incluido los campanarios, las puertas, los bronces de la catedral, en preparación de la visita del Papa Francisco. Al mismo tiempo, también, se ha contribuido a la restauración interior del altar que, en su día, el Obispo de Cuba, Juan José Díaz de la Espada y Fernández de Landa, donó a ese templo que fue su Catedral.
Del mismo modo, toda la ciudad se prepara para el recibimiento del Papa y, por doquier, en la Plaza de la Revolución, en distintas avenidas y calles, y especialmente en el Centro Histórico, a donde asistirá también a la Santa Iglesia Catedral, se han tomado todas aquella provisiones necesarias para el embellecimiento de la ciudad, con motivo de una visita tan importante de carácter mundial.
No obstante eso, en el trasfondo de la cuestión y ante tantas preguntas que me hacen en todas partes, debo decir que esa voluntad de dar vida, hermosura, belleza a la ciudad tiene que ser permanente. Ese esfuerzo tiene que tener resultados, no puede disiparse solamente en cuestiones externas; tiene que ir a lo profundo de las cuestiones que hoy a todos nos preocupan. No olvidemos que faltan solamente cuatro años para la celebración del 500 aniversario del establecimiento definitivo de La Habana en la costa norte, en el lugar que hoy ocupa, y justo al lado del puerto de su mismo nombre.
El primer cartel sobre ese 500 aniversario, ha sido colocado ya sobre el promontorio que preside el ingreso al Centro Histórico, al venir del malecón y subir sobre el emboque del Túnel de La Habana. Como una especie de gran almanaque, aparecen, y se van quitando –como papeles del almanaque– las fechas que van desde este año 2015 hasta el 2019.

gran-teatro-de-la-habana

Ese espíritu de la restauración, ese espíritu de la reconstrucción, se hace evidente en el Gran Teatro de La Habana, que bajo el auspicio del Ministerio de Cultura ha recibido no ya un remozamiento, sino una restauración como no vio nunca desde que fue construido este hermoso edificio –que ya ha cumplido más de 100 años–. Podría estar –a mi juicio– en cualquier capital del mundo por su belleza y por su esplendor, y lleva ahora el nombre de la Prima Ballerina Assoluta Alicia Alonso, porque ella aportó a ese teatro, quizás el más importante de todos los acontecimientos culturales de todos los tiempos para su historia, que es la creación de la compañía cubana, y al mismo tiempo, su propia ejecutoria como Gran Maestra. Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso, es un nombre digno para esa institución.
Pero no olvidemos que al lado se restaura el Capitolio Nacional, y que muy cerca de aquí se levanta la nueva sede del Tribunal Supremo de Justicia. No olvidemos, también, que la Manzana de Gómez ya muestra la primera fachada terminada de una obra de restauración que el próximo año sorprenderá gratísimamente al pueblo de La Habana. Cuando esto acabe, y ese Parque Central con la estatua de José Martí, obra de José Villalta de Saavedra, el respetado escultor cubano, esté toda ella restaurada –cosa que es cuestión de semanas y meses–, estaremos ante un renacimiento de la ciudad bella, y esto resultará inspirador para los esfuerzos que hay que realizar en todas partes. Ahora bien, esto lo suscribo con el llamamiento a cuidar lo que se hace, que es muy importante. Cuidemos entre todos La Habana, capital de esta nación, que llama la atención del mundo por su belleza, por su misterio, por su encanto y, sobre todo, por su gente.

Catedral de La HabanaCubaEusebio Leal SpenglerOficina del Historiador de La Habana

Compartir

  • imagen
  • imagen
  • imagen
  • imagen
Historiador de la Ciudad de La Habana 2011
Desarrollado con: WordPress | RSS
Válido con: HTML | CSS