Amar la Ciudad: la verdadera razón de un homenaje

noviembre 2, 2009


Me alegra muchísimo, que a esta altura del año, podamos presentar resultados como deseando acumularlos en ocasión del 490 aniversario de la fundación de la Ciudad, que celebramos el 16 de noviembre. Desde el día 15 -como conocemos todos- se realiza una vigilia la noche anterior, con mucha participación popular, conferencias, encuentros, que tratan de subrayar el carácter cultural de este aniversario.
No tendría mucho que celebrar pensando solamente en la fecha precisa: el acontecimiento es la fundación de una de las siete villas, que a partir de la conquista de Cuba, iniciada por el adelantado Diego Velázquez, se produce en los albores del siglo XVI. Lo más importante es que este acontecimiento per se no tendría más trascendencia que eso, un hecho histórico, algo sobre lo cual tenemos que hacer memoria, lo importante es la acumulación. Fuimos una aldea, luego una villa, más tarde una ciudad, luego la capital de una isla, de una posesión española y más tarde de una nación: Cuba. Eso y más es La Habana.
Como suele pasar en las celebraciones o en los cumpleaños, hay dos tipos de personas, los que se acuerdan solo de ese día y los que se acuerdan de todos los días; nosotros somos guardianes del patrimonio cultural, esa es nuestra tarea, de un patrimonio material e inmaterial, que es de hueso, piedra y también espíritu, para eso trabajamos todos los días. Nuestra labor es cotidiana, por eso me alegra mucho ir preparando, anticipadamente, los festejos de La Habana con obras terminadas; por ejemplo este viernes en la Basílica de San Francisco de Asís, observaba la nueva exposición donde está todo lo que fue hallado en las excavaciones  de la Basílica y del Convento de San Francisco, era tanto que no se podía exponer todo. Ahora existen las condiciones técnicas, materiales, ambientales, que ha costado mucho trabajo crear para que la muestra pueda ser absoluta, también se mostrarán las platerías de La Habana, una colección impresionante de los objetos de plata que han pertenecido a las ramas femeninas y masculinas de la Orden franciscana. Con este aporte la Basílica equilibra más su carácter de Museo Sacro, de Centro cultural y musical de gran jerarquía.


Hemos terminado, para felicidad de todos, la Casa de la Tejas Verdes de la Quinta Avenida. Confieso que dilaté en visitar la casa, para mí fue más importante luchar por ella que la labor que se ha hecho luego, a esa estoy acostumbrado, por eso esperé, y cuando llegué, pude observar una de las cosas más maravillosas que he visto. Es ir desde el futuro hasta el pasado, es una conjugación diferente a lo habitual, muchas veces decimos “no se puede ir al futuro, sino desde el pasado”, hoy decimos “vamos a ver el pasado desde el futuro”. En la casa está la obra contemporánea de artistas de muchísimos méritos, la casa cuenta con obras de artes de distintas disciplinas, entre ellas las dos últimas realizadas por el maestro Pepe Rafart; la casa está preparada para que pueda vivir y explicar la arquitectura de la ciudad, del Vedado y de Miramar.


Me alegra mucho que para la fiesta de La Habana esté terminado el muelle San José. Ayer una persona que tuvo la dicha de recorrer la bahía, me contaba su impresión al ver el resultado del trabajo de tanto tiempo en Los Almacenes San José. Con mucha razón se ha colocado un aviso que no habla de ser un Centro de Artesanía, no, habla de ser un Centro Cultural, si tenemos en cuenta que parte de la cultura la representa la artesanía, la música, más las actividades infantiles y todo lo que va a ocurrir en este edificio que es una perla de la arquitectura moderna e industrial.
Por último vamos a visitar en el Paseo del Prado, uno de los primeros grandes edificios del Prado restaurado: el Casino Español. Exactamente igual tendrá sus funciones, en una parte como Palacio de los Matrimonios -lo que fue hace cincuenta años-, pero se reserva sobre todo la gran sala espléndidamente reconstruida que será espectacular para conciertos y conferencias.
Por otra parte en el Castillo de la Fuerza, que es quizás el museo más mimado, más querido, más atractivo para los niños, ha quedado concluida la majestuosa maqueta del Santísima Trinidad. Ahora que ha pasado tanto tiempo desde aquella batalla de 1805, en que la nave se perdió en Trafalgar. El gran navío construido en el Puerto de La Habana, hoy luce como una obra de arte, no solamente de las manos, sino también de la inspiración; una obra interactiva a la cual se le puede preguntar su historia y el navío responderla, llevando la mirada del público hacia el punto de su interior donde desarrolla la escena que hemos escogido.
Qué decir de nuestra preparación este año con publicaciones, conferencias, o con la obra bien intangible de Habana Radio; sin este medio no podría llegar a ustedes, sin este medio no tendría la certeza de que me escuchan en casi todas partes de Cuba. Y qué decir de mi programa Andar La Habana, en televisión, muchas personas también se acercan y me dicen “oiga, que simpático cuando usted se quita un abrigo azul y se lo pone al hombro”, entonces yo pienso en aquel invierno, hace décadas, cuando se tomó esa imagen.
Ahora lo que me interesa, como al principio de este diálogo, es la acumulación; por muchos años me retiré ese abrigo, por muchos años a través de esas calles de La Habana les conduje para conocer y amar esta ciudad, que tanto lo necesita. Esta es la verdadera razón y el verdadero homenaje a su 490 aniversario.

Fotos: Alexis Rodríguez

Compartir

  • imagen
  • imagen
  • imagen
  • imagen
Historiador de la Ciudad de La Habana 2011
Desarrollado con: WordPress | RSS
Válido con: HTML | CSS