“Sumar y multiplicar esfuerzos para la preservación de la ciudad”

Por: Rachell Cowan Canino / Fotos: Alexis Rodríguez

Quiso la casualidad histórica que el fallecimiento del genio renacentista Leonardo DaVinci y la fundación de la otrora Villa de San Cristóbal de La Habana coincidieran en el año 1519. Medio siglo después, estos sucesos se entrelazan con la apertura del Castillo Santo Domingo de Atarés, donde quedó inaugurada la exposición permanente “El genio de Leonardo”.

La ceremonia recordó las tradiciones coloniales de la época: los uniformes de los guardianes, el llamado de silencio, el despliegue del puente levadizo; para luego pasar al patio interior donde Giuseppe Torchia, alcalde de la ciudad italiana de Da Vinci, obsequió una piedra de la localidad natal del autor de la Mona Lisa.

El Castillo fue construido en la Loma de Soto para resguardar el fondo de la Bahía y requirió años de investigaciones arqueológicas por especialistas de la Oficina del Historiador de La Habana para devolverle su morfología original; hoy renace como parte de las festividades por el aniversario 500 de La Habana.

Como “un día feliz para todos” catalogó el Doctor Eusebio Leal Spengler, Historiador de la Ciudad de La Habana, quien agradeció el trabajo de los obreros de la constructora Puerto Carena, a los ingenieros “a los cuales les dije hagan funcionar el puente” y a los alumnos graduados de la Escuela Taller “que han demostrado su enorme capacidad como obreros al convertir en maravillas cosas que hoy no podríamos ni imaginar”.

“Nos encontramos en lo alto de este promisorio llamado Atarés, un tributo que el ingeniero del Rey, Agustín Crame, realiza a sus suegros que tenían el título de Condes de Atarés. Pero como no se podía dar nombre propio a ninguna obra creada en el período de vida se le anticipa el nombre de Santo Domingo, como a San Carlos, el de La Cabaña o el de Los Tres Reyes, al Morro de La Habana”, explicó el Doctor Leal Spengler.

La construcción del Castillo de Atarés tuvo su génesis en los últimos días del ataque a La Habana por los ingleses y junto al resto de fortificaciones coloniales y el Centro Histórico, le dio a La Habana la categoría de Patrimonio de la Humanidad en 1982.

“Hay que aprender historia para poder explicarse las cosas”, confesó el Historiador, quien recordó que el Castillo fue durante el Machadato, un antro de torturas y desapariciones. Años después continuó siendo una institución militar del gobierno cubano y hoy renace como Museo de Sitio, junto a las colecciones de máquinas y modelos concebidos por el genial artista italiano. Muestra que fue posible gracias a “un noble italiano, el príncipe Vecchia, que de paso por La Habana dijo: yo quisiera regalar la colección de todos los modelos a escala de la obra de Leonardo DaVinci, para que los jóvenes habaneros puedan tener un museo donde vean la historia de la ingeniería constructiva: el artilugio del vuelo, los aparatos para transportar agua, las armas de artillería, las escalinatas de asedio y todo eso que ha permanecido en el Salón Blanco del Claustro Sur del Convento de San Francisco de Asís”, resaltó Eusebio Leal.

La exhibición de estas piezas junto a los valores patrimoniales y arquitectónicos de la fortaleza militar colonial, son de gran atractivo y han sido resultado de “sumar y multiplicar esfuerzos para la preservación de la ciudad”. Porque al decir del intelectual cubano, “la ciudad no es solamente una aglomeración de casas; no es solamente un cementerio donde descansan generaciones; no es solamente una colina gloriosa donde se formó el pensamiento revolucionario; no, esta es una ciudad en que se ha luchado, se ha trabajado y es una ciudad sin la cual no se puede escribir la historia del mundo contemporáneo”.

En sus palabras, el Doctor Leal también recordó los lazos de amistad entre Italia y Cuba. “Cuando un 7 de diciembre de 1896 cayeron en los campos de Cuba, unos héroes de una Isla que se creía tan romántica en sus luchas como fueron Antonio Maceo y Francisco Gómez Toro, el parlamento italiano se puso en pie para guardar un minuto de silencio. Y no olvidemos nunca que el primer monumento de recordación que está en el Cacahual es de parte del pueblo italiano al cubano”, rememoró.

Y es que para el Doctor Esuebio Leal hablar de estos temas es muy fácil pues es que viene caminando “hace mucho tiempo, hace muchas décadas, hace muchos siglos. El verdadero misterio es que yo viví hace muchos siglos en otros cuerpos y estuve aquí cuando se construyó el Castillo”.

Momentos después este hombre, que tanto ha hecho por conservar el patrimonio de La Habana, se trasladó junto a Luis Antonio Torres Iríbar, Primer Secretario del Partido en la provincia y Reinaldo García Zapata, presidente de la Asamblea Provincial del Poder Popular, para inaugura el nuevo emplazamiento de la estatua del General Calixto García.

El complejo escultórico quedó asentado en la rotonda de la Calle 146 y 5ta Avenida y mantiene todos los elementos de diseño y arquitectura que presentaba en el antiguo sitio de Malecón y G. Con una sentida ceremonia de honores militares y con la presencia de niños de las escuelas aledañas se reinauguró la bella estatua de 4 toneladas de peso.

Cada una de estas actividades dotan a la ciudad de ese esplendor necesario para celebrar un cumpleaños. La Habana se engalana, se embellece y enamora hoy y siempre.

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