Encuentro de Leal con los jóvenes

noviembre 12, 2016

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Joven entre jóvenes, el Doctor Eusebio Leal Spengler, Historiador de la Ciudad de La Habana, el pasado viernes 11 de noviembre sostuvo un encuentro con miembros de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) en el IV Pleno del Comité Nacional de la organización.
El teatro del Cardiocentro pediátrico “William Soler”, en el municipio de Boyeros, se encontraba desbordado de jóvenes cuando el Historiador de la Ciudad de La Habana irrumpió en el espacio. Los cientos de aplausos de los dirigentes de Comités de Base de todas las provincias del país, cuadros nacionales y secretarios provinciales de la UJC, lo recibieron con beneplácito.
Durante una hora, los presentes escucharon atentos las palabras, anécdotas y remembranzas de quien ha estado muy ligado al devenir histórico, político y cultural del país toda su vida, y que por estos días se encuentra inmerso en las celebraciones por el 497 aniversario de la otrora Villa de San Cristóbal de La Habana.
Leal inició el diálogo recordando a la figura de Pablo de la Torriente Brau, de su vanguardia política e intelectual y su entrega final en la Guerra Civil Española. Hilvanó su historia con la de otros jóvenes que desde la inocencia o la acción se habían enfrentado al régimen colonial español, hoy mártires, como el poeta Plácido, los estudiantes de Medicina, el Mayor Ignacio Agramonte, José Martí.
Recorrió, a través de sus símbolos, la historia del enfrentamiento del pueblo cubano, con austeridad y capacidad de sacrificio, con el Ejército Español. Y de cómo desde pequeños nos enseñan para ser grandes como aquellos que admiramos, pero que los premios y los lauros no son los que definen esa grandeza, tampoco la epopeya de los padres y sus apellidos.

 

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Durante algunos minutos Leal recordó su infancia, y compartió con la atenta audiencia algunas anécdotas de aquellos años, su temprana salida de la escuela pero, a su vez, la continuidad de sus estudios a través de la lectura insaciable de cuanto ejemplar de historia, geografía o literatura cayera en sus manos, como las obras martianas, la letra misma del Apóstol que con “el tiempo se hizo tan fugaz como su pensamiento. Tenía hermosa escritura pero la perdió por falta de tiempo”.
Martí, “el misterio que nos acompaña”, como lo calificó Lezama Lima alguna vez, fue asidero en tiempos difíciles de precariedades económicas, tiempo en el que el culto a la madre, “deber antiquísimo y romántico”, lo convirtió en un joven trabajador antes de los 18 años.
“Me acerqué a él en distintas etapas de mi vida, desde la infancia, la adolescencia y la adultez”, aseguró Leal, y cada momento le acompañaba un poema, una frase, una anécdota poco conocida de un hombre más grande que su tiempo. “Me sedujo la idea del Martí enamorado”, comentó al tiempo que recordaba los versos: “Y besabas tú bien: yo hago memoria, de aquel beso apretado de aquel día: Fue largo: nos dormimos, y, cuando él nos volvimos, ¡duraba todavía!”.

 

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Leal entregó entonces a los jóvenes un Martí humano, apasionado, influenciado por sus raíces, por sus viajes, sus padres, sus pasiones y experiencias, pero también habló de su muerte, terquedad heroica de entonces que marcó su paso a la eternidad.
De aquellos primeros trabajos como mensajero de la farmacia del Hospital Calixto García, luego de una bodega, y más tarde como inspector del Departamento de Ingresos, el Historiador de la Ciudad aludió a su entrada en las acciones que movían a la juventud en La Habana, en la Universidad, y sus primeros contactos con la revolución y sus líderes: “Eran tiempos de acción. Con el Triunfo pude volver a estudiar, lo hice en el Aula Obrero Campesina donde alcancé el sexto grado, título que recibí de manos de Lázaro Peña. No pude ser bachiller, ni estudiante de preuniversitario, pero me fui a alfabetizar”.
“Los jóvenes de aquella revolución vivían de una movilización a otra”, de la alfabetización se iban a recoger café, a la zafra, a trabajar en los cañaverales, en las temporadas ciclónicas, en el Cuerpo Sanitario de la Milicia, en los sucesos de Playa Girón. “Tiempos añorados en los que me formé. (…) Con una juventud así, y compañeros así, se podía ir al fin del mundo”, afirmó.
“La mejor forma de no tener al soldado es serlo”, recordó a Martí. “Hay que luchar. No hay oponencia alguna entre creer en un destino más allá del tiempo y una revolución que es como conquistar el cielo con las manos: solidaridad, amistad, desinterés, lucha, y al mismo tiempo rompimiento con el pasado. Y los que no han tenido el valor de destruir el pasado al comenzar una revolución lo han pagado caro”, manifestó.
Como ha hecho en algunas de sus últimas presentaciones, Leal habló de su estado de salud y su pronta y definitiva recuperación. Para la tranquilidad de todos, también comentó sobre las nuevas fuerzas con las que vuelve: “Eusebio Leal no es mi propiedad, sino de Cuba. La persona que está detrás cree firmemente, como Fidel, que todas las glorias del mundo caben en un grano de maíz, como dijo Martí. Ahora, todo lo que sea para Cuba, bienvenido. Todo lo que reconozca a Cuba y a un cubano sin nombre para mí es importante”, sentenció.

 

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A los miembros y dirigentes del Comité Nacional de la UJC los instó a luchar siempre: “esa mi palabra para ustedes, en un país ávido de hacer cosas que necesita de su juventud”. “Siempre hay la oportunidad de redimirse, de salir hacia adelante; por eso la juventud no puede creer nunca que tiene a la juventud conquistada. No. A la juventud hay que salir a buscarla”, llamó el Historiador refiriéndose al espíritu de convocatoria de la organización. A este pensamiento añadió:
“Cada uno debe contar con pasión su historia: saber quiénes fueron sus padres, sus abuelos, cómo pudieron estudiar, cómo salieron adelante. Entonces apartarán las tentaciones, de los que las tengan. Reducirán las malas inclinaciones, de los que las tienen. Perfeccionaremos la capacidad de ampliar el diapasón de nuestra llamada y traer a todos los que podamos a nuestras filas, como decía aquella canción tan linda que cantábamos: Venid a nuestras filas, por la razón y por la vida. «Venid» es la palabra del momento”, apuntó.
También comentó sobre la necesidad de formar discípulos y no alumnos, y en ese sentido manifestó que él mismo debe pensar en quién será su sucesor como Historiador de la Villa de San Cristóbal de La Habana. En tal sentido, llamó a los dirigentes de la organización de Jóvenes Comunistas de Cuba a pensar que los que van a continuar la obra ya están dentro de ella. “No es buscarlos y prepararlos, es que hay que sembrar para recoger”, dijo ante la multitud de intelectuales, líderes, soldados, jóvenes.
“La burocracia no puede aprovecharse del discurso político. Lo más bello que se ha dicho no se puede convertir rápidamente en una consigna. Si la tierra no produce, si no hay una verdadera revolución agrícola, si no se toma la idea real de que tiene que ser sustentable, sostenible, creativo, nuevo, no se cumplirían las palabras de Fidel en el concepto de Revolución: cambiar todo lo que debe ser cambiado”, reflexionó Leal. “Hay que tener el valor de cambiar lo que tiene que ser cambiado, como ya se han cambiado cosas grandes”, sentenció.

 

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Por último, el Doctor Leal exhortó a la juventud a estar dispuesta, siempre, a dar sus opiniones con firmeza, en tiempo, forma y lugar. “No la den en un pasillo, cuartico, denla en la reunión del Comité de Base, con valentía (…) Ustedes no son una multitud, son una vanguardia, y ese concepto de vanguardia organizativa se tiene que ganar en la calle. Los mejores hombres, que no esperan una planilla escrita, creen que no hay cosa más importante en una mujer u hombre que su palabra. Los que creen que cuando hay algo duro que hacer son los primeros que se ponen delante. Hay una solución: no militar. Es más honorable no militar a no estar dispuesto al sacrificio. Eso es lo más importante si es que creemos de verdad en el mandato que tenemos”.

 

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El encuentro estuvo presidido por la Primera Secretaria de la Unión de Jóvenes Comunistas Susely Morfa González, por el Segundo Secretario Ronal Hidalgo Rivera, y por Julio César Rodríguez, funcionario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba.
En nombre de los “pinos nuevos”, Morfa González entregó un mensaje de gratitud y amor al Historiador, y leyó la décima “Joven por siempre” que le dedicara Yoerky Sánchez, subdirector editorial del diario “Juventud Rebelde”: “Va usted por el mundo, lleno de patriotismo y virtud. Y confirma su actitud, que aunque camine la edad, si hay temple y tenacidad habrá siempre juventud”.
El IV Pleno del Comité Nacional de la UJC, que celebra los 60 años del desembarco del yate Granma, continuará sus sesiones este sábado 15 de noviembre. Jornadas en las que se dialogan sobre los acuerdos del X Congreso de la organización juvenil cubana, vanguardia y futuro de la Revolución.

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