Fidel, el sueño de Cuba

noviembre 23, 2012

Por: Magda Resik Aguirre / Fotos: Jorge Laserna

La idea original, selección y edición digital del libro, estuvo a cargo de Marila Sarduy Salati y Arturo Suárez Freixas, quienes dedicaron el especial momento de la presentación, al artista del lente Liborio Noval, recientemente fallecido, cuyos retratos de Fidel perpetuaron una apreciación más humana y de profunda cercanía a uno de los más grandes hombres en toda la historia de la humanidad.

“Cuando habla con la gente de la calle, la conversación recobra la expresividad y la franqueza cruda de los afectos reales. Lo llaman: Fidel. Lo rodean sin riesgos, lo tutean, le discuten, lo contradicen, le reclaman, con un canal de transmisión inmediata por donde circula la verdad a borbotones”. Así se refiere Gabriel García Márquez al líder de la Revolución cubana, en un texto que aparece publicado en el libro más reciente de Ediciones Boloña, casa editorial de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana.
Fidel. Fotografías, es el título de este volumen de la autoría de Osvaldo Salas, Liborio Noval, Roberto Salas, Pablo Caballero y Alex Castro, donde se concentran imágenes del hombre que lideró el proceso de independencia nacional, tomadas desde la década del cincuenta del pasado siglo, hasta la contemporaneidad.
“En este libro – aseguró en sus palabras de presentación el Doctor Eusebio Leal Spengler -, aparece la apolínea figura del exilio, el poderoso vindicador de las ideas, el caminante incansable, el soldado de la Revolución y el constructor de una utopía; y la utopía no como algo irrealizable, sino como algo posible, grande, gestado a partir del esfuerzo y la sangre de generaciones.”
El texto cuenta además, con aproximaciones a la personalidad de Fidel, su trascendencia en la vida nacional y en el escenario político internacional, del Doctor Armando Hart y del Historiador de la Ciudad de La Habana, así como con un acercamiento crítico del Doctor Rafael Acosta de Arriba donde se da cuenta de la estrecha relación, de vieja data, entre la fotografía y la Revolución.

Acosta nos llama la atención sobre la importancia que otorgó Fidel “al uso político y divulgativo de la fotografía” y evoca aquella recomendación que Richard Avedon, fotógrafo neoyorkino, hizo a Alberto Díaz Korda y  a Raúl Corrales, durante su estancia en Estados Unidos junto al líder cubano, en el primer viaje que realizara tras el triunfo revolucionario de 1959. El artista sólo aconsejó a sus colegas “fotografíen la Revolución”, consciente del cariz épico que contendrían las instantáneas enmarcadas en el proceso independentista.
La idea original, selección y edición digital del libro, estuvo a cargo de Marila Sarduy Salati y Arturo Suárez Freixas, quienes dedicaron el especial momento de la presentación, al artista del lente Liborio Noval, recientemente fallecido, cuyos retratos de Fidel perpetuaron una apreciación más humana y de profunda cercanía a uno de los más grandes hombres en toda la historia de la humanidad.
“Fidel es algo más que una realidad carnal – expresó Leal.  Fidel fue el sueño de Cuba. Fidel logró lo que no fue posible a los padres fundadores, ni al agónico prócer de San Lorenzo; ni al Titán caído a los 51 años; ni al Bayardo derrumbado a los 32. Él tuvo el privilegio que no le fue conferido a Martí en el momento de su agonía final, cuando atraviesa el campo de batalla en un blanco caballo, entregándose en brazos de la muerte, creyendo que su verso y su pensamiento renacerían con una fuerza, como los grandes árboles que vio por última vez contra el cielo azul de Cuba.
“Sólo Fidel logró la unidad nacional, el don más precioso” – dijo Leal Spengler. Sólo él puso paz a las discordias; tuvo la mano firme para reprimir la traición y la debilidad; levantó el espíritu del pueblo en momentos de fatiga; cruzó impávido los más difíciles momentos y resultó indemne a todo cuanto sus enemigos pudieron  hacer en su contra. No existió bala, ni veneno, ni perversa conspiración, ni palabra que perturbase su tranquilidad  y serenidad espiritual.”


Fidel. Fotografías, fue presentado en el Salón 1930 del Hotel Nacional de Cuba, al tiempo que quedó inaugurada la exposición El Fidel que conocemos, donde se pueden apreciar veinticinco interpretaciones realizadas por connotados artistas de la plástica, inspiradas en las instantáneas atesoradas por un libro cuyos editores consagraron a “aquellos que disfrutando de estas imágenes, sean capaces de crecer en su amor a la humanidad, a la igualdad, a la justicia…”, del cual es un escudo inspirador el líder de la Revolución cubana.

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