Algo mayor, más grande y más importante: Cuba

julio 31, 2021

Por: Yoel Lugones Vázquez

 

Foto: Roberto Chile

Foto: Roberto Chile

“Si me nombran mañana Historiador en Baracoa – después que se me pase el susto – me sentiré baracoano, como si me nombran en Santiago, en Camagüey, Gibara o en Pinar del Río. Mi Patria es donde luche y no solamente donde nazca”.

Más de una vez lo oímos expresar esta idea con orgullo, con convicción. Cuánto extrañamos su presencia física, su palabra precisa, su oratoria impecable. El tiempo pasa desapercibido, pero en este caso, en este año, no ha sido fácil la ausencia física.

Encantaba con su verbo, penetraba con su inteligencia. “Es un sembrador en el corazón adoquinado de una ciudad”, así lo calificaron en cierta ocasión. Casi siempre se le veía vestido de gris o de oscuro, si se mira por fuera. A quien le miraba por dentro, le quemaba el contacto de la luz que le reviste el alma.

Sabemos que Eusebio Leal Spengler, el eterno Historiador de la Ciudad de La Habana, sin dudas fue un guía y ejecutor de un proyecto de restauración y conservación, que devino paradigma universal, labor que ha permitido que el Centro Histórico habanero haya sido reconocido como Patrimonio de la Humanidad.

Pero más que eso el Historiador siempre fue un auténtico patriota, un hombre que amó a su Cuba con pasión y que supo interpretar con su quehacer el pensamiento del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, al ser promotor incansable de una labor social y humanista que alcanza a los más humildes.

No existió discurso, alegato, intervención en que no faltara su referencia al pasado, presente y futuro de nuestra Cuba:

“Está en manos la nación, complejamente, de la nueva generación y de las generaciones que han coincidido con la histórica o que están ya inmersas en la realidad cubana. La validez del legado está en su capacidad de administrarlo. La validez del legado está en comprender cuáles han sido los elementos clave por los que hemos luchado, soñado, padecido, vivido, muerto y resucitado. Quiere decir: la soberanía nacional, la integridad de Cuba, el derecho a la integridad de la nación, el derecho a la libre determinación, el derecho a la prosperidad – que es muy importante –, el derecho a ir hacia delante que es, en definitiva, el destino de todo pueblo y de toda generación”.

Con la seguridad plena en la conservación de los valores más autóctonos de nuestra Isla, el Historiador supo trabajar como pocos por La Habana. Museos, bibliotecas, hogares… fueron y son testigos de su poder restaurador. Por tal motivo, decir Eusebio Leal es decir lealtad sin límites a la Patria, a sus líderes y a su pueblo.

Foto: Alexis Rodríguez

Foto: Alexis Rodríguez

Para él, la memoria histórica era esencial para el futuro: “Hacer memoria significa enraizar los sentimientos de pertenencia, abrazar aquellas tradiciones útiles y positivas que conforman la memoria humana y enaltecen el saber”.

Sorprendía también en Leal su gran cultura humanística y enciclopédica: “La cultura es todo y la identidad es múltiple. Nosotros somos el fruto del encuentro de civilizaciones y culturas. (…) Yo no hablo de futuro, solo de que uno recoge lo que siembra. La crianza de la sociedad es un dolor permanente y al tiempo es un deber de cada generación política, cultural, de cada identidad nacional. Debemos tener una vocación internacionalista. Amar a todos, porque hemos recibido de ellos nuestro legado cultural. Eso sí, si me piden un vaticinio del futuro, puedo decir que «tengo fe en el mejoramiento humano, en la vida futura, en la utilidad de la virtud»”.

Muchos tendrán la posibilidad de decir que visitó la Habana Vieja guiado por Eusebio. Porque la ciudad y su historiador marcaron su alma y su memoria con una huella que no se borra. Además, Leal tuvo tantos atributos que lo convirtieron en un admirable representante de Cuba ante todos los auditorios. Es por eso que fue calificado como mensajero eficaz y siempre bien recibido de Cuba, mensajero de lo mejor de la cultura cubana, mensajero de la Revolución y de su historia, Eusebio Leal Spengler merece con creces añadir este Doctorado a sus muchas condecoraciones.

“La restauración – expresó – no ha sido más que una excusa para trabajar ardorosamente por algo mayor, más grande y más importante, que es por Cuba. No en abstracto, porque Cuba no es una cosa abstracta, ni cubano es el accidente de nacer aquí, un parto accidental. Cubano, como decía nuestro sabio Fernando Ortiz, es algo más que la aceptación porque se puede ser también por adopción, y ver a Cuba como el centro del mundo: Máximo Gómez, Ernesto Guevara, Juan Río Rivera, ¿cuántos más? La Isla, el espacio que nos toca como espacio de creación, de fuerza, de renovación, de palabra nueva, de discurso, de fe, de espiritualidad, de reconocer la espiritualidad del pueblo cubano, sus características, sus formas de ver el mundo. Respetar profundamente todo eso. Este ha sido en definitiva el espíritu de mi vida”.

Foto: Julio Larramendi

Foto: Julio Larramendi

El Doctor Eduardo Torres Cuevas, amigo entrañable, expresó sobre Leal: “Él ha sido fiel a sus apellidos, leal a sus ideas y a sus principios, espléndido en su entrega a Cuba, a la Revolución y al legado patriótico de todos los constructores de esta su Patria amada”.

Decir Eusebio Leal Spengler es decir La Habana, es decir cultura cubana, es decir Patria, es decir Cuba. Como él mismo expresara: “Si queremos hacer algo por Cuba levantemos la frente y aceptemos que va con ella la estrella solitaria que en su día imaginamos sobre el triángulo equilátero”.

CubaCulturaEusebio Leal SpenglerFidel Castro RuzOficina del Historiador de La Habana

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Historiador de la Ciudad de La Habana 2011
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