Restaurar también el ámbito social

marzo 2, 2008

La Oficina del Historiador de la ciudad es sin duda el órgano cultural más importante de Cuba. Dirige la restauración de los encantadores, aunque deteriorados, edificios de La Habana vieja. Pero esta es solamente una de las muchas actividades de esta oficina tan poliédrica: algunos de estos edificios restaurados se han convertido en museos, en otros hay tiendas variopintas, talleres, centros de servicio, en los que se da trabajo a la gente del barrio, quizás uno de los más pobres de la ciudad. Una serie de actividades que dependen del propio Historiador, que sostiene su desarrollo y utiliza los ingresos para incrementar su obra. Al mismo tiempo, este órgano patrocina actividades humanitarias y culturales, con el fin de recuperar y favorecer el crecimiento social de esta zona, en otros tiempos, y en gran parte todavía, muy degradada. Así La Habana Vieja se ha convertido en una ciudad en obras, donde la gente del barrio se mezcla con los numerosos turistas y grupos de estudiantes ocupados en algún ejercicio de gimnasia. Dirige la Oficina del Historiador Eusebio Leal Spengler, figura de verdad singular en el panorama político cubano. Católico desde siempre, aunque no tiene ningún cargo en el Partido, es miembro del Consejo de Estado, máximo órgano político del país. Eusebio Leal ha convertido la oficina que dirige en un puente entre Cuba y el resto del mundo, atrayendo financiaciones y turistas de todas partes, con fantasía e inteligencia, y tejiendo una tupida red de relaciones internacionales.

¿Cuándo nace la Oficina del Historiador?
Nació en 1937, siguiendo la tradición de los Cronistas de Indias que contaron la historia de los hechos de la conquista española en América y el nacimiento de las ciudades. Antes de la fecha señalada, varios intelectuales asumieron el carácter de historiador, dejando obra escrita y publicada sobre La Habana. Nuestra tarea fue dar continuidad a la incansable labor del Doctor Emilio Roig de Leuchsenring. Así, archivo, museo, publicaciones, conferencias y el uso adecuado de la prensa escrita trazó nuestro camino hasta la promulgación del Decreto Ley 143 de octubre de 1994. La Oficina, en una nueva dimensión, asumió resueltamente la obra de restauración del Centro Histórico, basada en su propia experiencia precedente y en otras aportaciones lleva adelante esta iniciativa.
¿Cómo nace el proyecto de Belén? ¿Cómo se inserta dentro de las tareas de la Oficina del Historiador y qué relación tiene con la Iglesia católica?
Como parte de nuestra concepción, asumimos la participación de los habitantes del Centro Histórico en un proyecto que consigue la vivienda, la creación del puesto de trabajo, el goce pleno de los espacios públicos y la repartición equitativa y proporcional de los frutos de la gestión económica, creando una base propicia a la cooperación y a la solidaridad internacional. Una relación armónica con todas las fuerzas sociales que actúan en la comunidad, instituciones profesionales, religiosas o fraternales. Hemos alcanzado el apoyo de las más relevantes personalidades del mundo cultural, el respeto y el aprecio de Su Eminencia el Señor Cardenal y de la Iglesia.
Usted es un buen conocedor de Italia. Ha estudiado nuestra cultura, nuestras costumbres…
Italia fue una escuela excepcional. La relación entre el mundo clásico y los tiempos modernos, expresados en la cultura de su pueblo, aportó a la civilización ejemplos excepcionales para mí, deudo de esa espiritualidad, no cabe duda. A más de ello, resultan incontables los italianos que se implicaron en las luchas del pueblo cubano por su emancipación y la simpatía que el resurgimiento despertó entre los cubanos; especialmente en José Martí, que profesó una admiración sentida por Garibaldi.
Un recuerdo suyo sobre el viaje del papa Juan Pablo II a Cuba…
Juan Pablo II será siempre recordado por su exquisita voluntad de mantenerse perennemente informado del destino de Cuba. En este sentido su visita fue un momento memorable, ella fue precedida por la de otras personalidades religiosas que influyeron notablemente en el acontecimiento, entre ellos la Beata Madre Teresa de Calcuta y la Reverenda Madre Tekla Famiglietti, Abadesa General de la Orden de San Salvador de Santa Brígida. Las relaciones con la Iglesia pasan por un momento de excepcional creatividad, basada en el respeto mutuo y la búsqueda incansable de todo lo mejor para los cubanos. La idea expresada en no pocas oportunidades por el Presidente, Comandante en Jefe Fidel Castro, de luchar por alcanzar toda la justicia posible y preservar para las generaciones futuras los logros y conquistas sociales de la Revolución, suponen la base de nuestras esperanzas. 

Centro HistóricoHabana ViejaItaliaJuan Pablo II

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Historiador de la Ciudad de La Habana 2011
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